El cóctel de ocio nocturno y jóvenes es el caldo de cultivo perfecto para la propagación del coronavirus. Esto ha hecho que se produzca un nuevo cambio en el perfil del contagiado en España. Durante los peores meses de la pandemia la franja de edad más afectada se situaba muy por encima de los 50 años, incluso rozando los 60, y la mayoría de ellos requería hospitalización. Con el inicio de la nueva normalidad esta media de edad bajó del medio siglo y ahora ha caído manera brusca y, por fortuna, una gran parte son asintomáticos.
El último informe del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) revela que desde el pasado 10 de mayo se han producido en España cerca de 23.000 nuevos contagios, según recoge ‘RTVE’. El tramo de edad con mayor número de afectados se concentra entre los 15 y los 29 años con 4.254 casos. Le sigue la franja entre 40 y 49 años (3.903) y la que está entre 30 y 39 (3.466). Cifras normales teniendo en cuenta que desde la citada fecha se han producido más de 200 focos de contagios. La nota positiva es que más de la mitad de los nuevos casos, en concreto cerca de un 60%, son completamente asintomáticos.
Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), ha explicado los motivos de este cambio. “Una edad más temprana implica cuadros más leves” debido a que los jóvenes no suelen contar, salvo algunas excepciones, con patologías previas que puedan agravar su estado de salud.
Jóvenes y brotes
El nuevo cambio en el perfil del contagiado en España afecta a los jóvenes. Los principales focos, según ha explicado el ministro de Sanidad, Salvador Illa, vienen derivados principalmente de “trabajos de recolección hortofrutícolas, temporeros y, sobre todo, espacios donde no se usa la mascarilla ni se respeta la distancia interpersonal”. Un aspecto este último claramente dirigido a las “celebraciones familiares y el ocio nocturno”. Y justo estos tienen a los jóvenes como protagonistas de los brotes.
Córdoba, Gandía, Murcia, País Vasco, Cataluña o Madrid ya suman algún brote por este motivo. Las distintas autonomías ya han tomado medidas para intentar frenar la propagación del virus como el cierre del ocio nocturno o la obligatoriedad de llevar la mascarilla incluso en espacios abiertos y aunque se mantenga la distancia de seguridad.
