La peor cara del coronavirus ha vuelto a mostrarse, esta vez en Kansas (Estados Unidos). Una niña de 9 años muere por Covid-19 mientras duerme. La joven Makenzie Gongora había dado positivo sólo tres días antes. Aquejada de dolores de cabeza y de estómago y una leve fiebre, no parecía nada preocupante. Los médicos la mandaron a casa para que guardara reposo con la condición de tener controlada la febrícula y, si aumentaba, regresar al hospital. No hubo opción. La noche del pasado 2 de febrero falleció mientras dormía.
Vikkie Soutworth, tía de la menor, relata la cronología aún apesadumbrada. En sus declaraciones, que recoge ‘El Mundo’, ha afirmado que el 29 de enero se confirmó el positivo de la pequeña, aquejada de vómitos y dolor de cabeza. Durante el fin de semana parecía que la situación mejoraba, con oleadas de síntomas que iban y venían. El martes llegó el fatal desenlace. Todavía sin el informe forense que determine con exactitud los motivos de la muerte de Makenzie, su tía y toda la familia sospechan que está relacionada “con el Covid-19, no podemos averiguar que más pudo causarlo”.
Pruebas a Makenzie
Una niña de 9 años muere por Covid-19 mientras duerme. Antes de conocer su infección por coronavirus, su madre la llevó al Centro Médico Brooke Army para que le hicieran tanto la prueba del SARS-CoV-2 como la de estreptococos y la gripe. Todas en el mismo día. Las dos últimas resultaron negativas, la primera positiva. Su tía, en declaraciones a Today, ha afirmado que la pequeña no tenía problemas respiratorios de ninguna clase. Ni siquiera cuando los médicos la enviaron de vuelta a casa tuvo dificultades para respirar. Nadie esperaba el fallecimiento.
La madre de la niña es personal sanitario, mientras que el padre, militar. La familia tiene también una niña más pequeña que Makenzie. El dolor de la familia aumenta aún más ya que el día de la muerte de la pequeña era el cumpleaños del padre de la familia. Otra triste historia que deja la pandemia del coronavirus.
