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Los menores obesos sufren alteraciones del cerebro

por WebSalud
Los menores obesos sufren alteraciones del cerebro
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La obesidad infantil es un problema que padece, al menos, el 5% de los menores. Un reciente estudio del Hospital del Mar ha descubierto que los menores obesos sufren alteraciones del cerebro muy parecidas a las de las personas con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Una situación que requerirá de algo más que una dieta para los niños. Los cambios que se producen en su cerebro harán que, aunque coma, nunca esté satisfecho y quiera más.

Los expertos, liderados por Jesús Pujol, creen que el correcto funcionamiento del cerebro se altera cuando se llegue a un determinado punto de obesidad. Para llegar a estas conclusiones se han analizado las resonancias magnéticas de los cerebros  de 230 menores de entre 8 y 12 años. Todos ellos participaban en el estudio Breathe, que se encarga de analizar el impacto de la contaminación ambiental en el desarrollo de los más pequeños de la casa.

Las imágenes demostraron que entre los pequeños que tenían sobrepeso (que no obesidad) baja la respuesta del sistema motivacional del cerebro. Esta función se centra en el lóbulo que se sitúa encima de las órbitas de los ojos, según la información de ‘La Vanguardia’. El resultado es que nada motiva a los niños, a excepción de la comida. Esta respuesta es la misma que se observa en personas con adicciones.

Llegada de la ansiedad

Los menores obesos sufren alteraciones del cerebro, que se producen cuando se llega a cierto punto de obesidad. “El sistema motivacional se hiperactiva, incluso en reposo”, ha afirmado Pujol. El propio experto ha asegurado que ahí es cuando aparece “la ansiedad y los pensamientos intrusivos que le obligan a actuar, a comer, o no comer, o esconder la comida. Y hacerlo no calma la angustia”.

Para Pujol la conclusión es muy clara. A estos niños “habrá que tratarlos con algo más que dieta”. Cada uno de ellos requerirá de un tratamiento especializado e individual, sobre todo porque se producen cuando el cerebro todavía está formándose y, si no se hace nada, se estructurará mal.

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