Las mascarillas tapan los oídos. No nos hemos vuelto locos, es una realidad. ¿A nadie le ha pasado que tienen que repetirle las cosas para que las entiendan? ¿Nunca has pensado que escuchas peor que antes? No es que las personas se hayan vuelto más tontas, es que desde que llevamos la mascarilla escuchamos peor. Son muchas las teorías que existen al respecto, pero lo cierto es que ya no podemos ver los labios de la otra persona y eso nos hace perdernos algunos gestos que, en ocasiones, son claves para la comprensión.
En la comunicación intervienen muchos factores. El ruido ambiente, la excesiva velocidad al hablar de una persona, la mala vocalización. Todos ellos hacen que, casi sin darnos cuenta, nos perdamos determinadas consonantes que, con la visión del movimiento de los labios, somos capaces de sustituir casi sobre la marcha. Esta opción está ahora totalmente imposible.
No es el único problema. Uno muy lógico es que la mascarilla, simplemente con usarla como corresponde, dificulta el paso de la voz. Y no únicamente eso. Todos sabemos que al utilizar esta pieza de protección se nos reseca la garganta. Una circunstancia que hace que, de manera inconsciente, hagamos más pausas e incluso que disminuya nuestro tono de voz.
Otro obstáculo
La pandemia ha hecho que tanto las personas como los comercios, sobre todo estos últimos, tengan que adecuarse a las normativas y restricciones vigentes. Muchos establecimientos, con el único y obligado objetivo de proteger a sus empleados, han instalado pantallas de plástico para evitar el contacto directo. Farmacias, bares, supermercados y hasta taxis, todos los llevan. Aumentan la seguridad, de eso no hay duda, pero ponen una barrera más entre los interlocutores de una conversación tan cotidiana como hacer la compra.
Una última teoría es que el uso de la mascarilla hace que la voz suene de una manera diferente que impide la correcta comprensión. Así que últimamente escucha peor no se está quedando sordo, es que las mascarillas tapan los oídos. Y el coronavirus es el culpable.
