Afirmar que la situación de la pandemia en España no es buena no requiere de ningún título. Con más de 600 brotes activos y con los contagios contándose por miles, es fácil entender que las circunstancias no son las deseadas. Sí hay que ser un experto para ver más allá y encontrar un peligro latente. La transmisión silenciosa amenaza España. El país tiene gran cantidad de asintomáticos positivos que están transmitiendo la enfermedad, lo que hará que la actual situación empeore en los próximos 10 ó 15 días.
El epidemiólogo Daniel López Acuña, exdirector de Asistencia Sanitaria en Crisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es quien advierte a España de este peligro. El experto, en una entrevista en la Cadena Ser que recoge ‘Huffington Post’, afirma que en nuestro país hay “una gran cantidad de asintomáticos positivos”, lo que supone mucha “transmisión silenciosa”. Por eso en las dos próximas semanas cree que esta situación “se extenderá a edades más avanzadas y ahí vamos a tener una reintroducción de situaciones en las que las personas mayores se verán afectadas y los cuadros serán más graves”, ha vaticinado.
Para López Acuña el problema no son los brotes, que es normal que sucedan, sino aquellos que se descontrolan y terminan en transmisión comunitaria. Una situación que, incide, ya se está dando en Aragón, Cataluña, Navarra, Madrid y zonas puntuales de otras comunidades autónomas. En este punto es cuando no basta con las medidas de contención de un brote pequeño y “hay que ir a medidas mucho más severas”.
Sacrificios
La transmisión silenciosa amenaza España y para frenarla es necesario mantener las medidas que ya han empezado a adoptarse en algunas autonomías. La supresión del ocio nocturno y dejar las reuniones, de cualquier ámbito, en un máximo de 10 personas son algunas. Por supuesto, el uso obligatorio de la mascarilla en espacios abiertos y cerrados es otra.
El epidemiólogo parte una lanza en favor de apostar todo lo que se tenga a mantener las medidas de seguridad que permitan mantener la sanidad sin saturarse e incluso, si es necesario, realizar sacrificios económicos. Cualquier cosa con el objetivo de no tener que regresar al confinamiento pleno. Una situación a la que otros expertos creen que España está condenada.
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