La crisis del coronavirus ha obligado a que casi la mitad de la población mundial se quede en casa. Esto significa un descenso de los desplazamientos en coche y menos humos en las fábricas, entre otras cosas. Y de todo esto hay un gran beneficiado, el planeta. La Tierra celebra su día con menos contaminación de su historia. Hasta un 60% han caído los niveles de dióxido de nitrógeno.
El Día de la Tierra se celebra hoy 22 de abril. Nunca en sus 49 cumpleaños anteriores se había visto así. El senador estadounidense Gaylord Nelson fue quien instauró este día. Sus objetivos eran claros. Crear una conciencia común sobre los problemas de superpoblación, contaminación y biodiversidad. Al menos en el segundo hoy estaría orgulloso.
En China los días sin contaminación atmosférica aumentaron en febrero un 21,5% respecto al mismo mes del año anterior. En Italia ha pasado algo similar. Ya en España los datos aún son mayores. En Barcelona durante el mes de marzo los niveles de CO2 en el aire se redujeron un 75%, mientras que en Madrid los gases con efecto invernadero se redujeron en un 57%.
Contaminación y virus
El descenso de todos estos parámetros es bueno, incluso para protegerse del Covid-19. Dos estudios apuntan a una relación directa entre la contaminación y la alta mortalidad por el nuevo coronavirus, según ‘El Mundo’. La primera investigación, dirigida por Yaron Ogen, de la Universidad Halle-Wittenberg alemana lo deja claro. El 78% de las 4.443 muertes registradas en Europa el pasado 19 de marzo se produjeron en cinco áreas específicas altamente contaminadas, cinco del norte de Italia y Madrid.
Otro estudio de la Universidad de Harvard, basándose en los datos de 3.000 condados de EEUU, reveló que la mortalidad del Covid-19 aumenta en las zonas de mayor concentración en suspensión procedentes de las emisiones del tráfico y calefacciones.
La Tierra celebra su día con menos contaminación. Fundamental. La polución inhibe el normal funcionamiento de los cilios, que pasan por ser la primera línea de protección de los pulmones frente a la invasión de patógenos. Sin estas defensas es más fácil desarrollar problemas respiratorios crónicos. Eso está pasando en esta crisis.
