Home EmbarazoCuidado del bebé La mastitis y sus síntomas

La mastitis y sus síntomas

por WebSalud
La mastitis y sus síntomas
Compartir en:

La mastitis es una inflamación del tejido mamario que, en ocasiones, acarrea infección. Causa dolor, hinchazón, calor, enrojecimiento de los pechos y, a veces, incluso fiebre y escalofríos. Esta enfermedad afecta comúnmente a las mujeres que están amamantando, pero también al resto de mujeres e incluso a los hombres. Toda mujer en periodo de lactancia debe conocer la mastitis y sus síntomas.

Esta afección puede ocasionar que la madre deba dejar de dar teta a su bebé antes de lo previsto. Sin embargo, continuar con la lactancia aún mientras se toman antibióticos para tratar esta enfermedad es lo mejor para madre y bebé. Te ayudamos a conocer cuándo podrías padecer esta enfermedad.

Los síntomas

La mayoría de los síntomas de la mastitis puede aparecer de forma repentina. Algunos son sensibilidad en las mamas o sensación de calor en el tacto, hinchazón de las mamas y engrosamiento del tejido mamario. También dolor en los pechos de forma continuada durante la lactancia, enrojecimiento de la piel y malestar general hasta el punto de causar fiebre.

La principal causa de la mastitis en la leche que queda retenida en la mama, aunque también hay otras. Una de ellas es la obstrucción del conducto mamario. Esto sucede cuando la mama no se vacía durante una toma, la leche que regresa generará una infección. También puede causar la mastitis las bacterias procedentes de la superficie de la piel y de la boca del bebé, que pueden entrar en la mama a través de una pequeña grieta en la piel del pezón o bien una abertura del conducto mamario.

Hay algunas situaciones que aumentan las posibilidades de sufrir mastitis. Estos factores de riesgo son haber padecido antes esta afección o tener los pezones dañados o agrietados. Igualmente lo causa ejercer demasiada presión en esta zona, bien por el uso de un sostén demasiado ajustado o del cinturón de seguridad. Una técnica de lactancia inadecuada o excesivo estrés también ayudan a esta enfermedad, tanto como una deficiente nutrición o el tabaquismo. Estas últimas pueden prevenirse cuidándose durante el embarazo.

 

Compartir en:
0 comentario
1

ARTÍCULOS RELACIONADOS

Deja un comentario