Las dificultades para respirar pueden deberse a varios motivos. Esta falta de aire se denomina disnea. Es una sensación muy subjetiva y, por lo tanto, su definición es bastante difícil. Se trata de una afección que supone la sensación de dificultad o incomodidad al respirar o, cuanto menos, la percepción de no estar recibiendo el suficiente aire. Algunas personas pueden tener esta sensación únicamente subiendo unas escaleras, aunque no padezcan ningún trastorno específico. Otras, en cambio, pueden tener una patología pulmonar avanzada y no sentir nunca la falta de aliento. La disnea y sus causas son muy variadas.
Es más, la disnea puede tener muchas causas diferentes. Una obstrucción de los conductos de la nariz, la boca o la garganta, por ejemplo, puede llevar a que se presente esta problemática. La cardiopatía también puede generar esta patología si el corazón es incapaz de bombear la suficiente cantidad de sangre para suministrar oxígeno al cuerpo. Es más, si el cerebro, los músculos u otros órganos corporales no reciben el suficiente oxígeno, puede aparecer la sensación de disnea.
Esta patología suele aparecer en muchas enfermedades, las más comunes son el asma, cáncer de pulmón, el edema agudo de pulmón, las infecciones pulmonares, una insuficiencia cardiaca o el tromboembolismo pulmonar. Además, ahora también es uno de los síntomas del coronavirus. De hecho, el último estudia otorga una altísima tasa de mortalidad a las personas con disnea y Covid-19.
Alivio de la disnea
Una vez conocida la disnea y sus causas es importante saber cómo tratarla. Para ello es fundamental conocer el motivo que la genera, ya que variará la forma de afrontarla. Sin embargo, en su defecto hay una serie de recomendaciones que pueden ayudar a aliviar los síntomas. Uno muy fácil es sentarse frente a un ventilador. También ayuda respirar aire más fresco al bajar la temperatura de una habitación, o más puro al abrir una ventana o usar un humidificador. Ventilar la casa también puede dar sensación de espacio abierto.
La realización de técnicas que desvíen la atención del problema, como relajación y meditación, o tomar analgésicos ayudan igualmente. Finalmente, la fisioterapia pulmonar también es punto a favor.
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