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Un joven muere por la picadura de un pez araña

por WebSalud
Un joven muere por la picadura de un pez araña
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El fondo del mar esconde muchos peligros. Los padres de un adolescente los han sufrido en sus propias carnes. Un joven de 16 años muere por la picadura de un pez araña mientras hacía esnórquel en la Platja d’Aro en Girona. Los primeros resultados de la autopsia muestran que el menor sufrió un shock anafiláctico tras la mordedura.

En el momento del trágico suceso, el joven se encontraba grabando el fondo marino con su cámara. Los padres se percataron de que llevaban un tiempo sin ver a su hijo sobre las tres y media. Los bañistas lo localizaron 45 minutos después. El adolescente fue trasladado a la arena donde los socorristas intentaron reanimarlo sin éxito. El pez araña le produjo una herida de entre dos y tres milímetros en la tráquea, cerca de la nuez. Unas marcas en el rostro hacían sospechar que el menor no se había ahogado.

Según el comunicado emitido por los padres, durante la filmación el menor encontró “una medusa a 100 metros de la playa que le llevo hasta un pez extraño, muy colorido y con cara de inofensivo”. Fue todo lo contrario. “Sólo lo pudo filmar 30 segundos a distancia, en el último segundo desapareció y le hizo un pellizco mortal instantáneo en la mandíbula”, continúa el texto. Esto se sabe tras ver las imágenes de la cámara, cosa que los padres no han hecho por consejo de los médicos.

El pez araña es peligroso

Se trata de un pez peligroso por eso no es extraño que un joven muera por la picadura de un pez araña. El Trachibus araneus, también conocido como pez escorpión, es una especie bastante común en aguas frías del Mediterráneo, el Cantábrico y el este del Océano Atlántico. Pueden encontrarse ejemplares desde Noruega hasta Canarias. Es de un color pardo verdoso con manchas más oscuras y algunas líneas amarillentas o azuladas en el dorso. Pueden llegar a medir hasta medio metros y viven semienterrados en fondos arenosos hasta profundidades de 150 metros.

Precisamente esto es lo que lo hace difíciles de identificar, sólo dejan al descubierto los ojos y la primera de las dos aletas dorsales, la que lleva el veneno. Así acechan a los peces invertebrados de los que se alimenta y se defiende de sus depredadores. Sus picaduras, por normal general, son muy dolorosas. Pueden causar inflamación de la piel, vómitos, fiebre y, en el peor de los casos, convulsiones e insuficiencia respiratoria que pueden causar incluso la muerte, que por desgracia es lo que ha pasado en esta ocasión.

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