Mucho se está hablando de la vacuna de AstraZeneca, y la mayoría de las veces no para bien. Es, sin duda, el antiviral que más controversia está causando. El motivo es más que evidente, son los trombos surgidos en personas que recibieron esta vacuna. Es cierto que son 30 casos de 17 millones de personas, pero también que 17 de estos casos fueron graves y tres personas fallecieron. Pese a que, de momento, no hay evidencias científicas que relacione estos sucesos, los gobiernos ya se cubren las espaldas. Muchos han señalado los factores que pueden crear trombos con AstraZeneca.
Hay que tenerlos en cuenta puesto que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) no ha descartado de forma definitiva que la vacuna produzca esta reacción. Sí ha dejado caer que se trata de un antídoto que es eficaz y seguro. La relación con los trombos sigue en estudio. Con el objetivo de intentar prevenir esta dolencia, el ministerio de Sanidad ha elaborado un documento dirigido a los profesionales. En él se recogen una serie de antecedentes que pueden hacer que una persona sufra trombosis tras inocularse la dosis de AstraZeneca.
En primer lugar está tener antecedentes de cáncer y, aunque parezca raro, estar embarazada también es un factor de riesgo. Obviamente, padecer enfermedades relacionadas con los trombos o incluso estar con un tratamiento anticonceptivo. La terapia hormonal sustitutiva, una infección activa reciente o una cirugía también cercana en el tiempo están entre los motivos que pueden derivar en los trombos.
Trombosis y dolor de cabeza
El texto no sólo examina los factores que pueden crear trombos con AstraZeneca, también alerta a los profesionales sobre la relación de estos con el dolor de cabeza. Según donde se produzca debe diferenciarse de una cefalea. Estaremos ante una trombosis si el dolor de cabeza aparece súbitamente, si interrumpe el descanso nocturno o si empeora con el ejercicio. Incluso si crece la intensidad del dolor de manera progresiva.
La propia farmacéutica es consciente de lo que está pasando y ha escrito una carta dirigida a los profesionales. En ella insta a los vacunados a reclamar ayuda médica inmediata si tras recibir la vacuna aparece falta de aire, dolor precordial, edemas en los miembros inferiores, dolor abdominal persistente, cefalea, visión borrosa o hematomas cutáneos.
