El sector sanitario es, desde el principio, uno de los más castigados por la pandemia. En primer lugar el coronavirus ya ha matado a más enfermeras que la Primera Guerra Mundial. Además, en su día se retiraron mascarillas por lo que trabajaron muy expuestos. Y por si fuera poco, están viviendo historias terribles. Sin ir más lejos, hace escasos días en Granada salvaron al bebé de una embarazada que murió con 29 años por el SARS-CoV-2. Un auténtico jarro de agua fría. Por eso no es de extrañar el dato de que el 40% de los sanitarios sufre depresión por el Covid-19.
Es la principal conclusión del cuestionario general que se ha realizado entre el personal sanitario. Este sector es el más afectado, sobre todo psicológicamente, por la pandemia. Francisco Santolaya, presidente de Unión Sanitaria y decano del Colegio de Psicología de la Comunitat Valenciana, la inmensa mayoría de los encuestados afirma sentirse peor que en febrero de 2020. Más de la mitad entiende que su calidad de vida incluso ha empeorado desde la citada fecha. El propio Santolaya ha explicado en ‘El Mundo’ la situación. “La incertidumbre junto con los mensajes divergentes, las jornadas maratonianas y la falta de material de protección han derivado en depresión, ansiedad y estrés, entre otros trastornos”, ha señalado.
Precisamente el tema de la protección es uno de los que más descontento causa. Hasta un 70% de los encuestados no está satisfecho con la actuación de los gobiernos Central y Regional, incluso un 30% ha puntuado la misma con un rotundo cero. Los problemas a la hora de facilitar material de protección contra los contagios, como mascarillas, guantes, batas y gafas, han sido la gran clave de esta decepción generalizada.
Temor en las enfermeras
El 40% de los sanitarios sufre depresión por el Covid-19, siendo las enfermeras las más castigadas. Su trabajo, de cuidado continuo de las personas ingresadas, hace que sean las que están más expuestas. Un 70% de las encuestadas se han mostrado temerosas ya que consideran que hay muchas posibilidades de contagiarse. El estudio también indica que hay un pequeño descenso en el nivel de estrés de los sanitarios respecto al periodo de julio y agosto, algo que según los expertos puede deberse a la interiorización de las medidas de seguridad contra el coronavirus que ya casi cualquiera dice de memoria.
