A lo largo de las últimas semanas está hablándose mucho de los efectos adversos de las vacunas contra el coronavirus, especialmente la de AstraZeneca. Los casos no son muchos comparados con las dosis inoculadas, pero han levantado un revuelo entendible. Hay que tener en cuenta que cualquier situación farmacológica tiene riesgo. La simple lectura de la hoja que autoriza una operación, por muy simple que sea, asusta. Los prospectos de cualquier fármaco también, y muchos se consumen a diario. Estos son los efectos secundarios de medicamentos cotidianos.
Para empezar está el Omeprazol, el protector de estómago por excelencia. Entre sus posibles efectos secundarios están las jaquecas o las diarreas. No sólo eso, también es posible que llegue a causar mareos, náuseas y trastornos del sueño. La probabilidad de que una persona sufra esta reacción está entre el 1 y el 2%. ¿Quién no se ha tomado un Nolotil para un dolor muy fuerte como el de las muelas? Seguro que mucha gente. Su consumo puede producir taquicardias, bajadas de tensión y hasta un deterioro de la función renal. Es más, en ocasiones pueden llegar al coma.
Los analgésicos también tienen bastantes efectos secundarios. La aspirina, por ejemplo, puede producir trastornos gastrointestinales como úlceras gástricas. También crear dificultades respiratorias y hasta problemas cutáneos. El ibuprofeno puede causar un ataque al corazón o un ictus según su dosis. El paracetamol, ampliamente consumido, puede causar daños renales y hepáticos. [Diferencias entre Ibuprofeno y Paracetamol]
Antidepresivos y antiinflamatorios
Los efectos secundarios de medicamentos cotidianos también incluyen los antidepresivos y los antiinflamatorios. Los primeros, curiosamente, pueden hacer que aumenten el nerviosismo y la ansiedad. Los segundos, casi todos ellos, suben la tensión. Los fármacos contra el colesterol pueden causar dolores y calambres musculares. Los antihistamínicos crean somnolencia. Y así una lista enorme porque todos tienen. Igual que sucede con las vacunas, se trata de reacciones raras. Al menos parece evidente que sus beneficios superan en mucho a sus posibles contraindicaciones de los medicamentos.
