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Dieta flexitariana

por WebSalud
Dieta flexitariana
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Para muchas personas, ser vegetariano y sobre todo vegano es muy aburrido y difícil de seguir de manera efectiva. Por ello, vuelve a estar de moda la dieta flexitariana para adelgazar.

Este método consiste en ser vegetariano como norma general, pero saltarse la norma en ocasiones puntuales, logrando incluso un favor a nuestra salud. Es como tener una relación abierta con las frutas, verduras y vegetales, decantándose por una buena carne o pescado de vez en cuando.

La dieta flexitariana hace un claro énfasis en el consumo de granos enteros, frutas, verduras y proteínas de origen vegetal, pero no descarta en absoluto consumir ocasionalmente productos de calidad como carne o pescado. No se trata de una dieta estricta. Con esta relación con la comida, lograremos perder peso de manera adecuada gracias a déficit calórico, pero también gozaremos de mejor salud, disminuyendo el riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardíacas, etc…

¿Cómo funciona la dieta flexitariana?

Todo pasa por agregar cinco grupos de alimentos a nuestro menú habitual: proteínas no cárnicas, frutas y verduras, granos enteros, lácteos y especias. A dichos bloques alimenticios añadiremos, dos veces por semana, un pescado o carne acompañado de patata cocida. En este sentido, recuerda que la diferencia de calorías entre una patata frita y una cocida es prácticamente el triple.

Uno de los efectos de esta alimentación es que regula el peso. A diferencia de otros métodos de adelgazamiento, que suponen reducir la ingesta y pasar hambre, la dieta flexitariana no pone frenos a la cantidad de alimentos que tomes (sin volverse locos).

Entre las muchas opciones que ofrece este hábito nutricional está el de contar con las semillas. Las semillas de chía, por ejemplo, contienen Omega 3 y 6, además de luchar contra el estreñimiento. Las semillas de linaza son muy saciantes y su gran cantidad de fibra soluble también ayudan con los problemas de estreñimiento, siendo el control del colesterol una de sus virtudes. Por último, encontramos la opción de las semillas de sésamo, estas aportan minerales necesarios para nuestro organismo y ayuda a proteger el hígado.

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