La posible relación entre los trombos y la vacuna de AstraZeneca sigue en el candelero. Unas teorías apuntan a que no es una consecuencia directa, otros revelan una serie de factores de riesgo que pueden hacer que aparezcan estas secuelas. Ahora descubren el origen de los trombos de AstraZeneca. Un grupo de hematólogos de la Universidad de Greifswald (Alemania) ha dado con la clave. Se trata del Síndrome de Trombocitopenia Protrombótica Inmune Inducida por la Vacuna (VIPIT). El hallazgo se ha producido cuando los expertos reconocieron en los síntomas de los afectados restos de los efectos secundarios de la heparina.
La explicación más probable es que, tras la administración de la vacuna, la reacción del sistema inmune haría que la cantidad de plaquetas descienda mucho. Esto, a su vez, aumentaría las opciones de trombosis. Los profesionales rompen una lanza en favor de la vacuna y aseguran que las posibilidades de que esto ocurra es de una entre un millón. En todo caso, los síntomas pueden aparecer entre 4 y 15 días después de la administración del vial. Las principales señales son la cefalea, la visión borrosa o dificultades para respirar.
Un último aspecto destacable. Las trombosis pueden desarrollarse sin que exista ningún tipo de predisposición a ella. Es decir, cualquier persona independientemente de su estado de salud, podría sufrirla. El tratamiento dependerá de la gravedad. Las autoridades sanitarias ya han alertado a los profesionales del protocolo a seguir en el caso de detectar esta consecuencia de la vacuna.
AstraZeneca ahora es Vaxzevria
Descubren el origen de los trombos de AstraZeneca justo en el momento en que la vacuna de esta compañía cambia de nombre. Ahora pasa a llamarse Vaxzevria. Los portavoces del laboratorio han explicado que se trata de un procedimiento habitual en las vacunas de la Unión Europea. El cambio “estaba previsto desde hacía meses”, según la portavoz de la farmacéutica, Angela Fiorin. Esta misma mujer aseguró que el antiviral desarrollado por Pfizer también ha cambiado su nomenclatura, pasando a llamarse Comiranty. Habitual o no, lo importante es que funcionen contra el coronavirus.
