¿Tienes retención de líquidos? Tranquila, es algo muy habitual. Piensa que el organismo humano es en gran parte agua, por lo que está preparado para contenerlos. El cuerpo tiene una serie de sistemas que lo regulan y mantienen un equilibrio del agua en los diferentes compartimentos. En caso de fallar dicho equilibrio, se producirá la mencionada retención de líquidos, que tiene causas y síntomas evidentes.
Por un lado tenemos líquido intracelular y por otro el extracelular. Este segundo tipo, a su vez, se divide entre intersticial (baña las células) y plasma (parte de la sangre). Si se rompe el equilibrio, se forman los edemas, que son un aumento del volumen del líquido intersticial de manera anormal. Efectivamente, es algo más propio de mujeres que de hombres.
Síntomas de la retención de líquidos
Ahora que nos encontramos en verano y las altas temperaturas son la tónica habitual, los síntomas de la retención de líquidos son más evidentes. Si tienes la piel más estirada y brillante puede ser debido a una crema estupenda, pero también al problema que nos ocupa. Presiona con un dedo en la zona inflamada y verás cómo se queda una huella. Ahí está la retención de líquidos. Eso sí, no pretendas confundirla con la clásica marca de la piel tostada al sol.
Hace calor, llevamos menos ropa y andamos algo más… todo ello hará que nos fijemos más en nuestros pies. Los tobillos son, seguramente, la zona de nuestro cuerpo donde más se nota la retención de líquidos. No te asustes si en lugar de un tobillo parece que tienes una pelota de tenis. También puede dejarse ver en los párpados. En estos casos hablaremos de edemas locales.
Por otro lado, existen también los llamados edemas regionales. En lugar de un tobillo, veremos afectada toda la pierna y en lugar de las manos, todo el brazo. Por último, tenemos el edema general, que directamente afecta a todo el organismo.
¿Y las causas?
Cada persona es un mundo y son numerosas las causas que pueden provocar la acumulación de líquidos:
- Mala hidratación. Bebe mucha agua, pero también caldos e infusiones.
- Mala alimentación. Por ejemplo cuando abusamos de la sal o alimentos ya de por sí, salados.
- Estilo de vida sedentario, no realizando el mínimo de ejercicio recomendable.
- Pasar demasiadas horas de pie. En muchos trabajos es inevitable y por ello debemos acostumbrarnos a mantener otros hábitos saludables que lo contrarresten.
- Embarazo y ovulación. Los cambios hormonales de la mujer juegan en su contra. En el caso de los embarazos o la ovulación, la retención de líquidos puede ser temporal.
- Cuidado con algunas medicaciones. El consumo de determinados medicamentos como estrógenos, corticoesteroides, antiinflamatorios no esteroides, fármacos para la tensión arterial y demás, tienen como efectos secundarios la retención de líquidos.
- Enfermedades derivadas del corazón, hígado o riñones además alteración de la tiroides.
Ahora que conoces las causas y síntomas de la retención de líquidos, ¿a qué esperas para hacerle frente?