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Causas y síntomas de la miastenia

por WebSalud
Causas y síntomas de la miastenia
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La miastenia grave suele caracterizase por la debilidad y fatiga rápida de cualquiera de los músculos que normalmente se controlan. La causa una ruptura de la comunicación normal entre los nervios y los músculos. Las causas y síntomas de la miastenia pueden ser muy variados. Hasta el momento no existe cura, aunque un tratamiento puede aliviar la debilidad muscular, la visión doble, los párpados caídos y las dificultades para hablar, masticar, tragar y respirar. Recientemente, el entrenador del Nápoles, Genaro Gattuso, ha admitido que la padece y por eso aparece con un parche.

Esta enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad. Sin embargo, es más común en mujeres menores de 40 años y en hombres mayores de 60 años. La principal causa de esta afección son los anticuerpos. En esta enfermedad, el sistema inmunitario produce anticuerpos que bloquean o destruyen muchos de los receptores de los músculos para un neurotransmisor llamado acetilcolina. Con menos receptores hay menos señales nerviosas. Eso es lo que genera debilidad.

También está la glándula timo, que es una parte del sistema inmunitario situada en el fragmento superior del pecho, debajo del esternón. Los expertos creen que esta glándula mantiene la producción de los anticuerpos que bloquean la acetilcolina. Hay un tipo de miastenia grave que está relacionada con la lipoproteína.

Miastenia y visión doble

En las causas y síntomas de la miastenia, nos centramos en los segundos. El principal es la debilidad muscular, que puede agravarse con el tiempo. Pese a que pueden afectar a todos los músculos, hay algunos más propensos. Las primeras señales son la caída de uno o de ambos párpados o la visión doble. Este último lo padece Gattuso, quien ha afirmado que muchas veces le cuesta mantenerse de pie a causa de este problema, que se resuelve cuando un ojo está cerrado.

Cuando afecta a la cara o la garganta puede deteriorar el habla, provocar dificultad para tragar o afectar a la masticación. Incluso puede cambiar las expresiones faciales. En el caso de que afecte al cuello o las extremidades puede influir en la forma de caminar y hasta hacer difícil sostener la cabeza en su sitio.

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