Hace unos días se anunciaba la más que probable opción de que, si los contagios seguían creciendo al mismo ritmo, toda España regresaría a la fase 2. Los positivos no sólo continúan, sino que cada día es peor que el otro. Cuando en un mismo punto concreto el incremento es elevado se denomina incidencia acumulada alta. Esto es justo lo que ha pasado en dos áreas de Galicia. El municipio coruñés de Arteixo vuelve a la fase 1 en pleno agosto, igual que el barrio lucense de A Milagrosa.
Las consecuencias vuelven a ser tremendas, tanto como las drásticas medidas. Las reuniones, según recoge la cadena ‘Cope’, vuelven a quedar reducidas a un máximo de cinco personas. Las residencias de mayores pasan a convertirse en auténticos búnkeres, blindados a cal y canto. La hostelería es, otra vez, la más perjudicada. El consumo pasa a quedar limitado exclusivamente a las terrazas y con una capacidad del 50%. Todas estas normas, que entra en vigor este mismo sábado, suponen, en la práctica, el regreso a la fase 1 pero en mitad de agosto, el mes que suele ser el más rentable para muchos locales.
Los restaurantes, sin embargo, sí que podrán usar su interior. Las únicas condiciones es que se respete el uso de la mitad del aforo, la distancia entre clientes y que los grupos sean como máximo de cinco personas. Los contagios en Arteixo, donde está el gimnasio que originó uno de los primeros brotes del área metropolitana de A Coruña el pasado 30 de julio, ha tenido como consecuencia la aplicación de estas medidas. Las restricciones ya estaban presentes desde el pasado 7 de agosto, pero no eran tan duras como las actuales.
Los eventos sociales
Arteixo vuelve a la fase 1 en pleno agosto y esto afecta también a los eventos sociales como las bodas, los bautizos y las comuniones. Todos ellos quedan limitados a un máximo de 50 personas en caso de ser al aire libre, y de 25 en espacios cerrados. Los auditorios, cines o teatros no podrán superar las 30 personas, aunque en las actividades similares pero en el exterior se permitirán hasta 75. Los actos fúnebres se reducen a un máximo de 25 asistentes al aire libre, 10 en interiores.
El ayuntamiento de esta localidad coruñesa ha tomado también otras medidas. Entre ellas está el refuerzo del control policial de los locales de ocio, la suspensión de su feria y el cierre de áreas recreativas. Medidas muy similares, casi idénticas, se han adoptado en el barrio de A Milagrosa (Lugo). Ahora queda esperar a ver si surten efecto.
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