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Anuptafobia o miedo a no tener pareja

por WebSalud
Anuptafobia o miedo a no tener pareja
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Seguro que tú o alguien de tu entorno ha dicho varias veces eso de “mejor solo que mal acompañado”, pero también aquello de “no encuentro a nadie que me quiera” o “necesito una pareja”. Esto es algo natural que nos puede pasar a todas las personas en algún momento de la vida, seamos jóvenes o menos jóvenes. Otra cosa es caer en la anuptafobia o miedo a no tener pareja. Te lo explicamos.

La anuptafobia o anuptofobia es un miedo persistente a quedarse solo en la vida en cuestión amorosa. Afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque ya sabemos que la mayoría de quienes lo padecen, lo ocultan con una falta seguridad. Sí, con el clásico “estoy bien sola”. Se trata de un problema emocional que obsesiona a todo tipo de personas, pero cuyo perfil podría dibujarse como el de una mujer de unos 35-40 años.

Es importante no confundir el deseo de tener pareja con la anuptafobia, que se trata de un caso más radical y perjudicial. Del deseo a la necesidad hay un salto.

Síntomas de la anuptafobia o miedo a no tener pareja

Tener pareja se convierte en un objetivo prioritario. Imagina que tienes la necesidad de insistir en el recurso de estrategias, engaños o tecnologías para conseguirlo. No es que si usas Tinder o te inventes un personaje en una discoteca lo padezcas anuptafobia, pero puede ser una señal.

Pensamientos negativos. Tienden a retroalimentarse con el lado malo de las cosas. Se ven más feos, en peor forma, sin éxito social, etc… Se vuelven personas negativas y tóxicas para sí mismas, pero también para el resto. Al retroalimentarse desde la negatividad, terminan por convertirse en lo que tanto temen. ¿De verdad no crees que siempre hay una plata para toda maceta? Si te encierras en tu lado oscuro, dejarás pasar oportunidades o directamente las repelerás.

Sienten envidia. Ven lo bien que les va a sus amigas con otras parejas o la evolución que han tenido y pueden incluso llegar a envidiarles e incluso criticarles.

Temor a ser dejadas. Cuando tienen una relación, sienten miedo a que se acabe. Generan una sensación de inseguridad que, generalmente, termina por hacer que la otra persona no esté cómoda y rompa la pareja. La ansiedad no es buena compañera. [Lee más sobre la ansiedad, aquí]

Conformismo excesivo. Es cierto que hay personas conformistas por naturaleza o que se saben adaptar a cada situación. Y eso puede tener su lado positivo. Pero es un error caer en la aceptación y autoengaño de que esa dependencia emocional lo vale todo. Muchas personas, hombres y mujeres, son maltratadas sistemáticamente en lo físico, pero sobre todo en lo emocional. Aceptar una relación tóxica por miedo a quedarse sola es un error y un posible síntoma de anuptafobia.

Ir de flor en flor. Se puede ser una persona ligona, pero encadenar relaciones de manera sistemática hace que no se valore cada situación.

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