Los trastornos alimenticios no entienden de sexo, aunque afecten mucho más a las mujeres (90%). Tampoco de edad, aunque suelen someter más a adolescentes y adultos jóvenes. Eso sí, cada vez aparecen chicas de menor edad, hablamos de anorexia y bulimia en niñas de 9 años.
El perfil es una mujer de entre los 12 y los 20 años. Los complejos, la competitividad, los malos ejemplos, las redes sociales o el bullying son varios de los motivos. El mayor problema se da cuanto antes aparece el trastorno de la conducta alimentaria. De ocurrir a edades tempranas, las consecuencias para la salud mental y física pueden ser mayores a corto, medio y largo plazo.
Como te hemos dicho, hay varios motivos que pueden provocar la TCA. Por un lado, la predisposición de la niña en cuestión y, por otro, un precipitante. Esto es especialmente a lo que deben estar atentos los padres, ya que en ocasiones los casos pueden estar relacionados con una persona o evento estresor. Algunas disciplinas deportivas, la danza o la moda son sectores con mayor porcentaje de afectadas.
Paso previo a la anorexia y bulimia en niños pequeños
Según datos de la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia, un 34% de las adolescentes de entre 12 y 16 años han hecho dieta para adelgazar sin control médico; un 22% en el caso de los chicos. Esto no implica que sean niños con anorexia o bulimia, ni mucho menos, pero son datos que ponen de manifiesto el peligro de las dietas sin control. Recordemos que pueden suponer un desencadenante de un TCA. El dato todavía es más alarmante si observamos que más del 50% lo ha acompañado de conductas de riesgo, como vómitos, saltarse comidas o comer mucho menos.
Un 34% de las adolescentes de entre 12 y 16 años han hecho dieta sin control médico
Sufrir Anorexia y bulimia en niños de 9 años o edades aproximadas tiene consecuencias importantes para la salud. Se genera un maremoto hormonal que puede provocar amenorrea o retraso en el desarrollo físico. Estos problemas y otros que genera, afectan a las relaciones familiares y sociales. Insistimos en que la supervisión de los padres, profesores o entrenadores es fundamental.
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