Un estudio ha certificado una de las peores situaciones que, aunque se intuía, no deja de ser una pésima noticia. Acreditan el primer contagio de animales a humanos, en concreto de visones. El trabajo holandés ha reunido las suficientes evidencias para avalar este extremo después de una excelsa monitorización de las granjas de estos mustélidos en los Países Bajos. Y lo que es peor, se cree que podría estar pasando en otros países no solamente con los visones sino también con otras especies como los conejos.
La investigadora Marion Koopmans, líder de este proyecto, ha conseguido confirmar que en siete granjas de visones decenas de trabajadores se contagiaron de los animales y no al revés. Estos, según ha señalado, son los primeros contagios de este virus “de animal a humano jamás documentados”. Un dato demuestra su teoría. El 67% de los empleados de estas granjas y sus familiares resultaron infectados con una variante del virus diferente a la que circula localmente en cada región. Esto, ha explicado, “indica que el contacto con visones infectados por el SARS-CoV-2 es un factor de riesgo para contagiarse de Covid-19”.
Koopmans, que reclama que se hagan pruebas al personal de granjas de visones en todos los países, ha asegurado que con las PCR y test de serología que realizaron “vimos que la mitad de la gente trabajando en las granjas era positiva”. Hay más. En cuanto pudieron generar la secuencia del genoma completo del virus “siempre coincide con la que tienen los animales en esas granjas”. Incluso, continúa, son diferentes de las que encontramos en los pueblos de la zona. Esta fue la prueba definitiva, según recoge ‘Voz Populi’.
En mayo saltaron las alarmas
Los investigadores confirman el primer contagio de animales a humanos después de un trabajo de rastreo que empezó en mayo. Los primeros casos, entonces hipotéticos, de infección de trabajadores a través de los visones hicieron saltar las alarmas. Koopmans ha explicado que cuando llegaron a estos complejos “vimos que el virus llevaba tiempo circulando entre los visones”. Al hacer las pruebas pudieron comprobar que la variante del coronavirus presente en los animales es diferente a la de los humanos. Sin embargo, la de los trabajadores de las granjas era idéntica a la de los mustélidos.
La experta holandesa hace un importante llamamiento. En su opinión esta misma situación puede estar sucediendo en otros países y en granjas con otros animales como los conejos. Por este motivo pide la adopción de medidas antes que esta situación se torne en un problema de salud pública. Y más aún. Entiende que siempre existe la opción de que surja “una variante más agresiva y no hay que jugársela con esto”.
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