Está claro que la belleza es subjetiva y son muchos los cánones que se han ido imponiendo a lo largo de la historia. Lo que sí parece haberse mantenido es la potencia de una mirada, sea por el color o la forma del ojo. Tanto es así que las lentillas o los filtros están a la orden del día para vernos (y que nos vean) más acorde a lo que consideramos belleza. Pero, ¿a qué se debe el color de los ojos?
Lo primero es saber que el color de los ojos es único en cada persona. Es como la huella dactilar, aunque a simple vista podamos pensar que la mayoría son iguales dentro de su gama. Seguro que conoces muchas familias cuyos hermanos tienen ojos totalmente diferentes, o casos en los que los dos progenitores tienen ojos azules y sus hijos los portan marrones. Se trata del más puro azar, pero siempre dentro de la genética. La clave es que por genética no se entienden exclusivamente el color de los padres, sino también de abuelos, tíos, bisabuelos y demás antepasados. En este sentido, resulta más factible que rasgos físicos como el color del pelo o los ojos, estén localizados en algunas zonas del planeta. Basta con comparar países como Suecia con Portugal, por ejemplo.
Muchos bebés nacen con los ojos azules, aunque la mayoría se van oscureciendo con el tiempo, sea cosa de semanas, meses e incluso hasta tres años. Esto se debe a la melanina, que cuando nacemos suele tener unos niveles bajos. Este pigmento, que también afecta al color de la piel, se distribuye de en mayor o menor medida, dotándonos de un color de ojos único.
Tipos de color de ojos en la población
Ahora que sabemos a qué se debe el color de los ojos, queda por conocerse los tipos que hay. Lo normal es que la gente los divida en marrones, azules y verdes. Lo cierto es que hay variantes.
Marrones: El color café es el más habitual, variando según la intensidad y cantidad de melanina situada en el iris. Las personas de raza negra tienen casi en su totalidad este tipo de color, de la misma manera que los asiáticos. Los originarios del continente americano, también. Sin embargo, estos últimos fueron mezclándose desde que llegaron los españoles hace siglos, por lo que su genética les permite cierta manga ancha. Se estima, pues, que algo más del 70% de la población mundial tiene los ojos marrones. Desde los más claros hasta los más oscuros, casi negros.
Avellana: Dentro de los marrones, hay un 8% que son de color avellana, lo que hace que se puedan confundir con otros colores según la luz.
Azules: Sólo el 8% de la población mundial tiene el color de los ojos azules. Además, está bastante localizados desde que aparecieron en los humanos hace unos 10.000 años. Sin ir más lejos, en países como Finlandia tienen los ojos azules el 89% de la población o en Ucrania el 53%. Allí, lo raro es ser moreno de ojos verdes… y ya no hablemos del color de la piel.
Ámbar: Hablamos del color más claro dentro de los marrones, tanto que tiene su categoría particular. Sólo lo poseen el 5% de las personas. Llama mucho la atención sobre todo en personas de raza negra o mulatos.
Verdes: Son los más deseados, ya que sólo un 2-3% de los humanos tienen ojos verdes. Es el resultado de un bajo nivel de melanina, la presencia de un pigmento amarillento y un tono azul causado por Rayleigh. Su origen es claramente europeo, tanto central como norte.
Heterocromía
Por último y aunque no sea una categoría dentro del color de ojos, existe una anomalía llamada heterocromía. Afecta únicamente al 0,6% de la población y consiste en que una persona tenga un ojo de cada color. Entre un marrón y un verde, o entre un azul y un verde, podría no notarse mucho a cierta distancia, pero lo llamativo resulta sobre todo cuando un ojo es muy oscuro y el otro muy claro.
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